Aldo Villarreal
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LA CONCIENCIA CAMBIA EL PLANETA; LA EDUCACIÓN CREA CONCIENCIA

Genocidio de niños por cambio climático: enfermedades y agonía

La infancia primero: agua, enfermedad y una salida posible

Por Aldo Villarreal

Cada mañana, en escuelas que podrían ser cualquiera, los niños hacen fila frente a un grifo que apenas respira. Cuando el agua llega, llega turbia; cuando no, la vida cotidiana cambia de orden: no hay manos limpias, no hay comida segura, no hay clase completa. En los reportes aparece como una cifra fría —más de 2,2 mil millones de personas sin agua potable gestionada de forma segura— y como un conteo que se repite —más de mil muertes infantiles diarias ligadas a agua, saneamiento e higiene inseguros—, pero en la piel es otra cosa: es la tos, la fiebre, la ausencia.

“Uso ‘genocidio’ en sentido ético: una mortandad evitable que se ensaña primero con la infancia. No es natural que un niño muera por beber.”

Dónde empieza: el agua

El clima, ya calentado por nuestra mano, vuelve más ásperas esas ausencias: las lluvias llegan donde no deben y faltan donde se esperan, los mosquitos suben a lugares donde nunca estuvieron, las diarreas vuelven una y otra vez y los golpes de calor empujan cuerpos pequeños al límite. No es futurología: si no cambiamos de rumbo, la carga de enfermedad seguirá creciendo. Por eso el primer paso es simple y complejo a la vez: agua segura todos los días.

En las escuelas y centros de salud, el triángulo es claro: puntos de agua que funcionen, baños dignos y lavado de manos continuo. No hay atajos: sin agua segura, nada camina. La operación —bombear, clorar, refrigerar vacunas— necesita energía confiable. Cuando la luz se corta, también se corta la salud.

Enfermedades y calor: el ciclo que debemos romper

Con más calor y lluvias erráticas, las diarreas se disparan y los vectores se desplazan y alargan su temporada: el dengue llega a barrios donde nunca estuvo, la malaria sube a altitudes impensables. Es un círculo de vulnerabilidad: agua insegura → enfermedad → desnutrición → menos defensas frente al siguiente brote. En ese corredor, la infancia siempre queda primero.

Lo que sí funciona (sin épica)

Lo que funciona no es grandilocuente: medir, operar, mantener y rendir cuentas. Medir lo que importa —cloro residual, turbidez, microbiología— y hacerlo público; operar con protocolos simples y cercanos; mantener con presupuesto realista; rendir cuentas con tableros visibles. Paralelamente, control integrado de vectores: vigilancia, eliminación de criaderos y alertas enlazadas con la atención primaria. Y un cierre imprescindible: finanzas que premien el servicio continuo, con tarifas sociales y contratos por desempeño.

Como metodología de trabajo, el programa Agua para la Vida (OIVA) articula acciones de agua, saneamiento e higiene, producción local de agua y energía confiable para garantizar continuidad en escuelas y centros de salud. El seguimiento se realiza con indicadores abiertos —episodios de diarrea en menores de cinco años, días de clase recuperados, disponibilidad diaria de litros de agua y costo operativo por litro—, además de la proporción de demanda cubierta con renovables y los registros de operación y participación comunitaria. Los resultados se informan de manera periódica.

Aquí uso “genocidio” en sentido ético para nombrar una mortandad evitable y desproporcionada sobre la infancia. La figura penal, más restringida, exige probar la intención de destruir total o parcialmente a un grupo protegido. Esta pieza no discute tipicidad penal; sí llama a actuar donde duele primero. un grupo protegido. Esta pieza no discute tipicidad penal; sí llama a actuar donde duele primero.

Aldo Villarreal

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Aldo Villarreal es un líder visionario en sostenibilidad, energía renovable y soluciones tecnológicas ambientales. Trabaja con la firme convicción de que es posible transformar y sanar el planeta a través de la acción, la innovación y una visión ética del desarrollo. Su propósito es claro: dejar un mundo más limpio, justo e igualitario para las generaciones futuras. Con ese compromiso, dedica su conocimiento, energía y liderazgo a proyectos que convierten los grandes retos ambientales en oportunidades de cambio real y sostenible.

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